"In fraganti", de Jesús Cutillas

Del lujo que supone que los demás se tomen la molestia en avisarte cuando te haces daño a ti mismo sin darte cuenta, que se se preocupen por ti, vamos...

A veces intenso deseo desollar mi intimidad,
entonces suelo meter la pata, donde almejas ven caviar,
o piensan que ha caducado, era el lado equivocado,
no cerré bien el candado o disparé sin mirar.

No es extraño que me ocurra que enlace sin explicar
una invasión americana con las mareas del mar,
con lavarse las orejas, el color de aquellas lejas,
un eructo de lentejas o un cómic de supermán.

ES POR ELLO QUE OS SUPLICO
QUE ME DUELA EL PESCOZÓN
SI ME PILLÁIS IN FRAGANTI, INCONEXO, ABURRIDO, OFENSIVO O SIN RAZÓN,
SI ME PILLÁIS IN FRAGANTI.

En ocasiones me preocupo por haber quedado mal,
me compliqué en plan insoportable y sólo quería hablar,
contar dos o tres chorradas, no preocuparme por nada,
charlar del agua pasada o del agua por pasar.
Descontrolándome me sucede, de vez en cuando no más,
que doy a luz bellos discursos sin detenerme a pensar,
con estrofas elegantes, rebuscadas y pedantes,
sin hilvanar ni un guisante y sin chicha que cortar.

Jesús Cutillas